
Boston - Las personas que consumen mayores cantidades de aceite de oliva pueden reducir su riesgo de muerte prematura en general y por causas específicas, como enfermedades cardiovasculares, cáncer y enfermedades neurodegenerativas, en comparación con las personas que nunca o casi nunca consumen aceite de oliva, según un nuevo estudio dirigido por investigadores de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard.
Los investigadores también encontraron que las personas que consumían aceite de oliva en lugar de grasa animal tenían un menor riesgo de mortalidad total y por causas específicas. El estudio se publicó el año pasado en la revista Journal of the American College of Cardiology.
Este es el primer estudio observacional a largo plazo sobre el consumo de aceite de oliva y la mortalidad en los Estados Unidos. La mayoría de las investigaciones anteriores sobre el aceite de oliva y la salud se han centrado en poblaciones de Europa y el Mediterráneo, donde el consumo de aceite de oliva es mayor.
"El consumo de aceite de oliva se ha relacionado con un menor riesgo de enfermedad cardiovascular, pero su asociación con la muerte prematura no estaba clara", dijo en un comunicado de prensa Marta Guasch-Ferré, científica investigadora principal del Departamento de Nutrición de la Escuela Chan de Harvard. “Nuestros hallazgos confirman las recomendaciones dietéticas actuales para reemplazar las grasas animales con aceites vegetales para la prevención de enfermedades crónicas y muerte prematura”.
Se preguntó a los participantes con qué frecuencia usaban aceite de oliva en aderezos para ensaladas, agregados a la comida o al pan, o al hornear o freír. Según los hallazgos, las personas en la categoría más alta de consumo de aceite de oliva (más de siete gramos por día) tenían un 19 % menos de riesgo de mortalidad por enfermedad cardiovascular y total, un 17 % menos de riesgo de mortalidad por cáncer, un 29 % menos de riesgo de mortalidad neurodegenerativa, y un 18% menos de riesgo de mortalidad respiratoria, en comparación con aquellos que nunca o rara vez consumieron aceite de oliva.
En comparación con la margarina, la mantequilla, la mayonesa o la grasa láctea, el uso de aceite de oliva se asoció con un menor riesgo de mortalidad total y por causas específicas, aunque no se observó una reducción significativa del riesgo cuando se comparó el uso de aceite de oliva con el uso de otros aceites vegetales.